Científicos trasplantaron neuronas humanas a ratones para estudiar problemas mentales

Científicos trasplantaron neuronas humanas a ratones para estudiar problemas mentales
Foto: Científicos trasplantaron neuronas humanas a ratones para estudiar problemas mentales / Cortesía

Un grupo de científicos, logró realizar un trasplante de neuronas de humanos a ratones, con el fin de estudiar los problemas mentales.

Así mismo, el avance abre una nueva ventana para estudiar las enfermedades psiquiátricas, pero plantea espinosas cuestiones bioéticas, como cuál es el estatus moral de estas ratas con neuronas humanas.

Un grupo de expertos encargados de producir “organoides cerebrales” fueron los que realizaron dicha operación. Por si no lo sabías los “organoides cerebrales” son unas pelotitas de unos milímetros de diámetro con unos pocos millones de células; que sirven para estudiar en el laboratorio el funcionamiento de un órgano real.

Científicos trasplantaron neuronas humanas a ratones para estudiar problemas mentales
Foto: Científicos trasplantaron neuronas humanas a ratones para estudiar problemas mentales / Cortesía

El proceso inicia desde que se toma la piel de un humano y las rebobina mediante un cóctel químico hasta su estado embrionario; una fase en la que son capaces de convertirse en cualquier órgano del cuerpo: hígado, músculo, riñón, cerebro.

Las neuronas ijnertadas en los ratones se integraron con éxito

Por tal razón, los científicos guían entonces a esas antiguas células de la piel para que se transformen en células cerebrales.

Los investigadores han dado ahora un paso más y han trasplantado estas bolitas (similares a la corteza cerebral humana) al cerebro de los ratones de unos tres días de edad, modificadas genéticamente para que eviten el rechazo.

Además, las neuronas injertadas se han integrado con éxito: al tocar los bigotes de los animales, las células humanas se activan. Están implicadas en los sentidos de las ratas.

Por su parte, el científico no cree que sus animales hayan desarrollado nada parecido a una conciencia humana, dado el tipo de células implicadas y su integración imperfecta.

“Para comprender los trastornos psiquiátricos necesitamos mejores modelos. Y, cuanto más humanos sean estos modelos, más tendremos que abordar estas cuestiones éticas”; argumentó el médico.

El Universal