La Conferencia Sectorial de Medio Ambiente de España aprobó la Estrategia de gestión de una especie de alga invasora procedente de Asia llamada Rugulopteryx okamurae. Y es que esta se extiende por los fondos rocosos y provoca el desplazamiento de las especies autóctonas; que provocan una pérdida de biodiversidad marina en las costas de este país europeo.
Esta alga representa un enorme peligro, pues sus impactos no son solo biológicos y ecológicos. Su presencia está también provocando fuertes impactos socioeconómicos, especialmente en el sector pesquero profesional, afirmó el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La llegada de grandes volúmenes de arribazones de esta alga a las playas genera, a su vez, impacto en las actividades turísticas, y su retirada por parte de las administraciones implicadas es cada vez más costosa.
La Rugulopteryx okamurae, conocida como «roña» entre los pescadores, se extiende en los últimos años por el litoral andaluz y amenaza con expandirse por todo el Mediterráneo, donde puede llegar a convertirse en hegemónica.
Un alga invasora asiática se apodera de las playas españolas
Los expertos en biodiversidad marina advierten de que esta alga supone «un peligro que pone en jaque la sostenibilidad ambiental, económica y social de las zonas afectadas Destruye todo lo que encuentra a su paso». De hecho, su capacidad citotóxica hace que pueda matar a otras especies en menos de 24 horas.
La Rugulopteryx okamurae llegó a Europa procedente de Asia en 2002 con las aguas de lastre de los barcos. Se tuvo conocimiento de su presencia al Estrecho de Gibraltar en 2016. Está incluida en el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras (EEI).
El dictamen del comité científico que avaló en 2020 su declaración como especie invasora recoge que el alga parda Rugulopteryx okamurae experimentó un «aumento explosivo» en la costa del Estrecho, y se convirtió en especie dominante; «causando una serie de impactos negativos; los más inmediatos y tangibles al sector pesquero y al turístico, pero a su vez provocando unas alteraciones muy drásticas en las comunidades marinas».
Resalta que personas que han trabajado en la manipulación de los arribazones del alga han sufrido picores en cara y manos debido al «arsenal químico» que presenta, más potente que el de las especies autóctonas.
«Rugulopteryx okamurae es un alga aparentemente perenne, que persiste gracias a un entramado de rizoides, mientras que sus frondes crecen de forma muy rápida, se desprenden y vuelven a crecer nuevos frondes, y así varias veces al año»; señala el dictamen.
Por: elperiodico.com
