Descubren posible vida extraterrestre en la luna de Saturno

La NASA encontró un compuesto orgánico llamado cianuro de vinilo que potenciaría la formación de microorganismos en los océanos de Titán. 

Un grupo de investigadores de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) descubrió el cianuro de vinilo, un compuesto orgánico que puede potenciar la formación de membranas celulares de microorganismos que vivirían en los océanos de metano de Titán, la mayor luna de Saturno.

Los científicos creen que el cianuro de vinilo o acrilonitrilo puede ser equivalente al agua de la Tierra, lo que incrementaría el número de lunas y planetas que pueden albergar vida extraterrestre.

El mayor número de moléculas fue encontrado sobre el polo sur de la luna por el complejo de radiotelescopios Atacama Large millimeter Array (ALMA), situado en el desierto de Chile.

Las moléculas orgánicas de la atmósfera de Titán forman gotas en las que se concentra el acrilonitrilo, que cae en los lagos de metano. 

El Goddard Space Flight Center de la NASA realizó un experimento que demostró que en Ligeia Mare, el lago septentrional de Titán, existe suficiente cianuro de vinilo para formar unos 10 millones de células por centímetro cúbico, una concentración diez veces superior a la de bacterias en los océanos costeros de la Tierra. 

Para detectar el compuesto, los científicos utilizaron el complejo de radiotelescopios Atacama Large Millimeter Array (ALMA), situados en el desierto de Chile. El mayor número de moléculas fue hallado sobre el polo sur de la luna. A bajas temperaturas (179 grados centígrados bajo cero), unas temperaturas habituales en Titán, las moléculas orgánicas de la atmósfera forman gotas donde se concentra el acrilonitrilo, que cae en los lagos de metano. 

El grupo de Maureen Palmer, investigadora del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, realizó un experimento que demostró que en Ligeia Mare, el lago septentrional de Titán, hay suficiente cianuro de vinilo para formar unos 10 millones de células por centímetro cúbico, una concentración unas diez veces superior a la de bacterias en los océanos costeros de la Tierra.