Nacionales apuestan a sus abridores en la Serie Mundial

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Parecía un viernes de pretemporada en el Nationals Park, con cielo azul, brisa fresca y menos de 15,5 grados centígrados (60 F). La sensación correspondía al Clásico de Otoño o febrero, con prácticas de correr en las bases y la presencia de Aníbal Sánchez con una camiseta azul marino de la “Liga de la Toronja”.

Mientras el venezolano Sánchez hacia lanzamientos largos en el jardín derecho, los otros integrantes de la rotación de postemporada de Washington que llevaron al equipo a la Serie Mundial — Max Scherzer, Stephen Strasburg y Patrick Corbin — también trabajaban.

“Una rotación de ensueño”, dijo el receptor Kurt Suzuki.

El gerente general de los Nacionales Mike Rizzo armó la rotación porque, dijo, el énfasis en los abridores “siempre ha sido parte de mi ADN como ejecutivo”.

En esta actualidad de “relevistas abridores”, “días de bullpen” y que “un abridor no enfrente una alineación por tercera vez” y “relevistas especialistas en situaciones de peligro”, los Nacionales de Rizzo se atienen a una añeja máxima del béisbol: “El buen pitcheo se impone a un buen bateo”.

Scherzer, Strasburg, Corbin y Sánchez tienen características distintas pero la aportación mancomunada de los cuatro los ha ayudado a llegar a esta etapa. Ni Rizzo ni el piloto Dave Martinez dijeron el orden como esos lanzadores saldrían al montículo para la Serie Mundial que comienza el martes en la noche, aunque las suposiciones están ahí.

Ahora los Nacionales tienen varios días para ajustar a ese cuarteto para que esté descansado y listo a fin de enfrentar a los Astros de Houston, cuya fortaleza también estriba en sus abridores Justin Verlander, Gerrit Cole y Zack Greinke, o a los Yanquis de Nueva York.

“Una buena actuación de los abridores para mí es la clave con vistas a cualquier triunfo a largo plazo que se proponga el equipo. Creo que cuando se tiene la oportunidad de contar con lanzadores que puedan dominar un partido durante seis, siete o más entradas, me parece que es la manera más sólida de encaminarse a la victoria en un juego”, declaró Rizzo.

“Me parece cierto que hay distintas formas para ganar campeonatos, pero esa ha sido siempre mi filosofía. Y nos ha sido bastante útil”, añadió.

Es una estrategia que evoca desde sus días como ejecutivo de los Diamondbacks de Arizona, que ganaron un campeonato en 2001, recurriendo a los brazos de Randy Johnson y Curt Schilling.

Los abridores de Washington tienen efectividad de 2.04, la más baja en esta postemporada, y vienen de completar una barrida sin atenuantes frente a los Cardenales de San Luis en la serie de campeonato de la Liga Nacional, en la que permitieron un gran total de cuatro carreras limpias en los cuatro juegos.