Escándalo por supuestos sobornos en basquetbol colegial

En una de las mayores operaciones anticorrupción en el basquetbol colegial, el FBI acusó el martes a 10 personas, incluido un prominente ejecutivo de Adidas y cuatro asistentes de entrenadores, de emplear cientos de miles de dólares para influir en las decisiones de los jugadores.

Mediante esos sobornos, se buscaba llevar a que los deportistas eligieran en qué escuela jugarían, qué marca de calzado utilizarían, quién sería su agente o incluso a quién contratarían como sastre.

Algunas de las acusaciones más graves involucraban aparentemente a Louisville, una de las potencias del basquetbol colegial, investigada actualmente por el organismo rector del deporte colegial, la NCAA, por un escándalo sexual.

Fiscales federales dijeron que al menos tres reclutas destacados de escuelas secundarias recibieron promesas de pagos de hasta 150.000 dólares, usando dinero proporcionado por Adidas, para asistir a dos universidades patrocinadas por la fabricante de calzado deportivo. Los documentos de la corte no mencionan el nombre de las escuelas pero contienen detalles suficientes para identificarlas, al menos en el caso de Louisville y Miami.

“El panorama del basquetbol universitario, pintado por estos cargos, no es agradable”, advirtió el fiscal federal interino Joon H. Kim, quien añadió que los acusados elegían a distintos prospectos destacados y los explotaban para enriquecerse.

Los fiscales dijeron que, si bien una parte del dinero iba a manos de los atletas y de sus familias, otra se dirigía a los entrenadores, con el objetivo de que ejercieran su influencia sobre deportistas con potencial de llegar a la NBA.

Los asistentes de entrenador que enfrentan acusaciones son Chuck Person, de Auburn; Emanuel Richardson, de Arizona; Tony Bland, de Southern California, y Lamont Evans, de Oklahoma State. Person y Evans fueron suspendidos de inmediato.

Entre los acusados figuran también James Gatto, director de “marketing” deportivo global de Adidas para el basquetbol; Rashan Michel, fabricante de trajes a la medida para algunos de los principales astros de la NBA, así como varios administradores y asesores financieros.

El presidente de la NCAA, Mark Emmert, condenó los actos que se atribuyen a los acusados.

“Los entrenadores tienen una posición única de confianza respecto de los estudiantes-deportistas y sus familias, y estas acusaciones de sobornos, de comprobarse, sugieren un abuso despreciable y extraordinario de esta confianza”, manifestó.

Desde 2015, el FBI ha investigado la influencia del dinero sobre entrenadores y jugadores de la NCAA. Kim destacó que se ha abierto una línea telefónica especial del FBI.

Pidió que cualquier persona con información adicional sobre actos corruptos la presente ante las autoridades.

Los fiscales dijeron que algunos sobornos buscaban que los entrenadores ejercieran su “influencia enorme” para llevar a los jugadores hacia ciertos agentes y asesores financieros.