Un pueblo desierto dejó la guerra entre narcos en Sonora

Casa baleada por narcos en Sonora
Foto: Casa baleada por narcos en Sonora/Cortesía

La guerra ha quedado grabada a manera de memoria dolorosa y amenazante en las estructuras de las casas y negocios. A manera de lo fue, pero también de lo que no se ha ido. Magdalena de Kino, un municipio al norte de Sonora, es ya un pueblo fantasma.

Hace seis días el conflicto en este pueblo se intensificó. Las células internas del Cártel de Sinaloa que se disputan el territorio, ideal para el tráfico de drogas y armas, lo convirtieron en una devastada zona de guerra entre dos bandos: el grupo dirigido por Ismael el Mayo Zambada y Los Chapitos, hijos Joaquín el Chapo Guzmán.

Sonora, es ya un pueblo fantasma

La noche del miércoles 21 de julio un convoy de unas camioneta irrumpió en la zona. Los tripulantes encapuchados y fuertemente armados balearon las fachadas de las casas. Horas más tarde, reforzado por más camionetas, el convoy ingresó al municipio de Ímuris. Según testigos, las camionetas llevaban las siglas CDS (Cártel de Sinaloa).

Al entrar a la ciudad, el comando se dividió. Una parte atacó a granadazos domicilios del centro; otra deambuló por colonias del norte. En ese lapso ocurrió un frenético intercambio de mensajes entre los pobladores. Imágenes en videos mostraban los encapuchados con armas.

Los medios locales han informado que ya son seis días de los enfrentamientos en Sonora. Hace 13 horas, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado ha informado que han implementado patrullajes de la Guardia Nacional en la zona, lo que ha resultado en la detención de 10 personas y el aseguramiento de varias armas largas.

“Continúan los operativos de la #PESP en coordinación con los tres órdenes de gobierno en la zona urbana y rural de Magdalena. Recuerda que tu denuncia es muy importante 089 para denuncia anónima y 9-1-1 para emergencias”, publico en Twitter.

Guerra de narcos 

En Sonora todos saben quiénes son los criminales. Los dicen por abajo, aún con miedo, no tienen ninguna duda. Lo que después se preguntan es ¿por qué?

Desde fines del año pasado, la violencia en el estado escala como nunca. Las muertes y los enfrentamientos ocurren todos los días. Ahora los narcos irrumpen hasta en las cabeceras municipales y se mueven en ellas con total impunidad y durante varios días.

Los pobladores mejor callan. Saben que todo está tomado por ellos (los sicarios del Cártel de Sinaloa) Saben el precio que se paga por decir todo lo que saben.

Infobae