Tráfico ilegal de tortugas de río pone en peligro su existencia en Bolivia

Foto: Tráfico de tortugas amazónicas /cortesía
Foto: Tráfico de tortugas amazónicas /cortesía

El tráfico ilegal de la tortuga de río, conocida como peta, está en alarmante aumento en la Amazonía boliviana; amenazando a esta especie vulnerable según el Libro Rojo de la Fauna Silvestre de Bolivia.

La alta demanda en países como Brasil, Perú y Chile, donde cada ejemplar alcanza hasta 50 dólares, alimenta una red de comercio ilícito que utiliza rutas clandestinas, muchas veces asociadas al narcotráfico.

El 9 de mayo, en un mercado de Cochabamba, se decomisó una caja con al menos diez tortugas y huevos, con destino a La Paz y luego a Chile.

La Podocnemis unifilis, segunda más grande de su género, es reconocible por sus manchas amarillas y la forma en que dobla el cuello para ocultarse. Habita en cuencas como la del Amazonas y el Orinoco, en países como Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia; siendo un indicador biológico clave de los ecosistemas acuáticos.

Foto: Tráfico de tortugas amazónicas /cortesía
Foto: Tráfico de tortugas amazónicas /cortesía

Alerta en Bolivia

Su papel como dispersora de semillas y su aporte a la biomasa la convierten en esencial para el equilibrio ecológico. En Pando, ríos como el Tahuamanu, Orthon y Manuripi se han vuelto puntos críticos de saqueo; donde los traficantes atacan los nidos en temporada de reproducción.

Cada nido contiene entre 30 y 35 huevos, que en el mercado negro valen hasta cinco veces más que los de gallina. Estas especies son transportadas a ciudades bolivianas o hacia Puerto Maldonado, Brasiléia y Epitaciolandia, aprovechando la cercanía con Cobija.

A pesar de leyes como la Ley 1333, el Código Penal y el Decreto 03/2022 de Pando, el tráfico persiste. Programas como el Monitoreo y Conservación de la Peta de Río intentan revertir esta situación; pero se requiere una acción coordinada internacional para frenar su extinción.

TeleSur