Protestas en Panamá ante el posible regreso de minas

Foto: Panamá debate el regreso de la minería /cortesía
Foto: Panamá debate el regreso de la minería /cortesía

La posibilidad de retomar la actividad minera encendió las alarmas en diversos sectores populares, especialmente por el temor a que se utilicen estrategias legales controversiales para facilitar la reapertura, tras años de cuestionamientos sobre la transparencia y equidad de los contratos mineros; la existencia de un código minero desfasado que no refleja las mejores prácticas del sector; y la ausencia de una política clara para la industria minera en el país, entre otros reclamos.

El mandatario Mulino declaró públicamente que no se recurrirá a la figura de un «contrato-ley»; buscando diferenciarse de administraciones anteriores y prometiendo una “real asociación” en la que la mina pertenezca a Panamá.

Sin embargo, estas declaraciones no han logrado disipar las dudas sobre la protección de los intereses nacionales; ni calmar la preocupación de quienes recuerdan los graves impactos ambientales y sociales que dejó la gestión minera pasada.

Organizaciones ambientales y comunidades cercanas a los proyectos mineros advierten sobre riesgos que van mucho más allá de lo legal.

Foto: Panamá debate el regreso de la minería /cortesía Foto: Panamá debate el regreso de la minería /cortesía
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Panamá debate el regreso de la minería

Señalan la falta de laboratorios certificados para el monitoreo ambiental, la ausencia de consultas ciudadanas y el déficit de información geológica; lo que dificulta una supervisión adecuada y transparente.

Además, persisten denuncias sobre la vulneración de derechos humanos y la falta de diálogo con comunidades indígenas y organizaciones sociales.

El diagnóstico del sector minero en Panamá revela serias deficiencias: un marco legal desactualizado, permisos poco claros, recaudación insuficiente y una fiscalización deficiente.

Estos vacíos han permitido que problemas como la contaminación del agua, la destrucción de ecosistemas y la afectación directa a miles de personas sigan sin solución.

El manejo del agua en zonas de alta pluviosidad y la gestión de residuos peligrosos son desafíos técnicos que el Estado aún no demuestra poder controlar eficazmente.

Mientras el gobierno niega la existencia de contaminación directa del agua y promueve la minería como motor de reactivación económica, la sociedad civil y especialmente la juventud panameña mantiene su rechazo a la reapertura.

TeleSur