Madre en lágrimas: «Hay más seguridad, pero mis hijos están presos» (El Salvador)

Foto: El Salvador y las historias de injusticia /cortesía
Foto: El Salvador y las historias de injusticia /cortesía

El Salvador, bajo el mandato del presidente Nayib Bukele, ha sido testigo de un cambio drástico en su índice de criminalidad, pasando de ser el epicentro mundial del crimen a «el país más seguro del hemisferio occidental«; según afirma el mandatario.

Sin embargo, esta aparente victoria contra las pandillas se ve empañada por denuncias de detenciones arbitrarias y violaciones de los derechos humanos.

La policía salvadoreña publicó en redes sociales el lunes: «Finalizamos el lunes 26 de febrero con 0 homicidios en el país«; un logro que Bukele celebra como parte de su exitosa estrategia.

Sin embargo, este éxito está envuelto en un prolongado estado de excepción, con más de 75,000 personas encarceladas bajo medidas cuestionables; como detenciones provisionales indefinidas y suspensión de garantías constitucionales.

Foto: El Salvador y las historias de injusticia /cortesía
Foto: El Salvador y las historias de injusticia /cortesía

El Salvador y las historias de injusticia

Organizaciones como Amnistía Internacional han denunciado el enfoque «altamente represivo» del gobierno salvadoreño; que parece estar reemplazando la violencia de las pandillas con una represión que criminaliza a grupos vulnerables y socava los derechos humanos.

El apoyo popular hacia Bukele es evidente, como lo demuestra su reciente reelección con el 84 % de los votos. Muchos elogian la sensación de seguridad en las calles, resaltando un cambio positivo después de años de violencia extrema. Sin embargo; detrás de este aparente éxito, hay historias de injusticia.

Una vendedora de una tienda de San Salvador relata entre lágrimas que sus dos hijos están detenidos desde hace casi dos años y medio, sin juicio ni explicación. Aunque reconoce la seguridad actual; lamenta las detenciones de personas inocentes.

Otros entrevistados también comparten historias similares, como un vendedor ambulante cuyo hermano lleva un año preso sin razón clara.

Bukele, confrontado con estas críticas, ha defendido su enfoque argumentando que El Salvador; tenía una cantidad proporcionalmente alta de criminales que necesitaban ser detenidos.

Ha admitido errores y la liberación de miles de personas inocentes, aunque persisten las dudas sobre el elevado número de detenciones y las condiciones en las prisiones; como el reciente reportaje polémico sobre el Centro de Confinamiento del Terrorismo.

El debate sobre la seguridad en El Salvador sigue siendo complejo, con un presidente que se jacta de los logros mientras enfrenta acusaciones de represión y violaciones de derechos.

Mientras tanto, historias como las de esta vendedora nos recuerdan que, detrás de las estadísticas de seguridad; hay vidas afectadas y preguntas sin respuestas.