El presidente de Argentina, Javier Milei decidió extender por 24 horas más la suspensión del suministro de Gas Natural Comprimido (GNC) en estaciones de servicio de diversas regiones del país, acumulando un total de 48 horas de corte, con el objetivo de priorizar el abastecimiento residencial.
La situación es especialmente crítica en la región centro, la de mayor consumo, y se debe no solo al incremento de la demanda por las bajas temperaturas; sino también a la falta de planificación gubernamental y a la paralización de obras públicas esenciales en infraestructura gasífera.
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La decisión de no continuar con la obra pública generó la cancelación de proyectos claves, como las plantas de compresión vinculadas a la reversión del Gasoducto Norte, la segunda etapa del Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner) y la ampliación del Gasoducto de la Costa.
Según Horacio Mizrahi, director de Post Energético, estas obras hubieran sido centrales para atender la demanda.
Argentina frente a una emergencia energética
En Mar del Plata, la paralización de la planta compresora de Las Armas, con un 75% de avance, impidió conectar a 85 mil usuarios. Mizrahi acusa a la contratista Peitel de abandonar la obra por su mala gestión.
Desde Camuzzi, la distribuidora local, indicaron problemas de presión en los ductos. Los reguladores domiciliarios cortan automáticamente el suministro ante caídas bruscas de presión, requiriendo intervención manual.
El Gasoducto Perito Moreno funciona al 70% de su capacidad tras la cancelación de su segunda etapa, que hubiera duplicado la capacidad de transporte.
En su lugar, el Gobierno impulsó una iniciativa privada de TGS bajo el RIGI, aunque esta solo estaría operativa en 2027 y no resolvería el abastecimiento en Santa Fe, Córdoba y el Norte.
La reversión del Gasoducto Norte, única obra parcialmente continuada, enfrenta retrasos por pagos y fallas de la empresa Esuco. La ola polar y la falta de inversión generaron una crisis de abastecimiento sin precedentes.
