Bolivia: Hornos crematorios móviles tras colapso de cadáveres en las calles

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Muchas veces nos quedamos en cifras, y obviamos que lo que está en juego, en la pandemia del coronavirus, son las vidas. Bolivia vive un verdadero drama sanitario ante la brutalidad del COVID, a tal punto que ya no puede hacer frente a la cantidad de muertos.

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Las funerarias y empresarios comenzaron la fabricación de hornos crematorios móviles con el fin de hacerle frente a la crisis en la que se encuentra el sistema de salud boliviano que ha orillado a múltiples personas a abandonar cadáveres en las calles puesto que las funerarias y morgues se encuentran abarrotadas.

Esta realidad ha generado escenas terribles, como los muertos en las calles y el surgimiento de hornos crematorios portátiles, que recorren las principales arterias de La Paz y otras ciudades altiplánicas.

“Es un equipo autosuficiente, el horno trabaja con una garrafa doméstica (balón de gas), tiene su propio generador del tiempo de cremación. La cremación tarda entre 50 y 70 minutos, depende el tamaño y el peso del cuerpo", asegura un ingeniero boliviano que explica el funcionamiento de estos equipos.

Esta es una iniciativa de un grupo de empresarios que, según los expertos pueden cremar entre 10 a 12 cuerpos diarios. 

Colpaso en el sistema de salud

Son "varios empresarios privados, cuatro ingenieros que hemos puesto todo el empeño en buscar una solución para la falta de capacidad de los cementerios, donde hay dolor y conflictos por la falta de espacios en los lugares asignados a las víctimas de la pandemia”, aseguró Carlos Ayo, uno de los encargados de la venta de estos equipos.

La idea es que estos hornos crematorios portátiles sean comprados por municipalidades o empresas funerarias, para satisfacer la gran demanda por la cantidad de muertos.

El país continúa con un incremento en los contagios. El Ministerio de Salud informó que en agosto se han registrado más de 80 fallecimientos por día, con lo que se alcanzó un total de 3.064 decesos y 78.793 contagios. El director de epidemiología, Virgilio Prieto, aseguró que este mes será “demasiado peligroso, problemático”