Femicidio en Argentina: La mata a golpes el esposo de una amiga

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Confiada en una relación de amistad, María Marta Toledo se subió a la camioneta conducida por Rodolfo Fabián Lucini, quien la pasó a buscar el pasado miércoles 29 de julio por su casa, sin saber que minutos más tarde, la mataría. 

Recorrieron varios kilómetros desde el centro de la ciudad argentina de Neuquén hasta la zona de chacras (fincas) de Centenario, donde Lucini la asesinó al golpearla en el rostro y en la cabeza con el matafuego del vehículo, tal como detalló la fiscalía, que lo acusó de femicidio. 

 

El juez avaló los cargos y dictó seis de prisión preventiva por considerar acreditados los riesgos de fuga y de entorpecimiento.

En una audiencia realizada este lunes a la tarde, la fiscal del caso Eugenia Titanti realizó un detallado informe sobre la teoría del caso y las evidencias recolectadas que ubican a Lucini como autor material del femicidio. 

"El caso comenzó con una denuncia de desaparición de la señora Toledo", indicó la fiscal, sobre la denuncia radicada por una amiga de la víctima el jueves a la tarde, luego de que nadie de su entorno tuviera contacto con ella en más de 24 horas.

 

Fue así que se acudió al edificio donde vivía la víctima y se entrevistó tanto a la señora que realiza tareas de limpieza como a uno de los encargados de la seguridad. La primera declaró que la ultima vez que vio a María Marta había sido el miércoles al mediodía cuando un hombre la pasó a buscar, a quien la víctima se había referido como "un amigo". Esto mismo fue verificado por las cámaras de seguridad del edificio y también por el propio acusado, quien admitió que pasó a buscarla al ser entrevistado cuando aún la víctima estaba desaparecida.

 

Ese mismo jueves, Cecilia Toledo, una de las hermanas de la víctima, le solicitó a una de las amigas que fuera hasta la casa de su hermana porque no podía contactarse con ella. Allí, la mujer pudo observar las cámaras y le describió a la hermana, el hombre con quien María Marta se retiró. "Ese es Fabián, la pareja de Juliana", le indicó Cecilia a la amiga, tal como indicó la fiscal al detallar la evidencia recolectada y agregó: "Como Juliana vive cerca, acudió al lugar, vio las cámaras y reconoció a su marido, por lo que lo llamó y éste le dijo que sí la había buscado y la dejó a unas pocas cuadras".

Con esa información, más la denuncia de desaparición y los testimonios relevados hasta el momento, es que el jueves a la tarde, personal policial fue al domicilio de la víctima. "Se comenzó con la búsqueda y en el domicilio no se observan signos de desorden, ni violencia, ni faltantes. Se secuestró la computadora notebook de la víctima y se tomó un pijama para poder realizar el rastreo con canes, que se hizo el viernes a la mañana en la zona de chacras de Centenario.

 

La zona de búsqueda fue delimitada tras un exhaustivo cruce de antenas telefónicas en base al registro del celular de la víctima, el que no fue hallado, pero su recorrido quedó registrado en su cuenta de Google, a la que los investigadores pudieron acceder a través de su computadora personal. 

Además, se pudo determinar que la camioneta Chevrolet S10, con características específicas, en la que Lucini pasó a buscar a Toledo, fue captada por las cámaras de seguridad de un barrio privado cercano a la zona a la escena del crimen y esto fue constatado también por un vecino que trabaja en una de las chacras. "Una pick up blanca pasó hacia el río y volvió a pasar rapidísimo", detalló la fiscal.

 

De acuerdo a la autopsia forense se desprende que la víctima sufrió múltiples lesiones, siendo dos las más importantes. Una en la frente y otra en el cuello, a la altura de la nuca, con fractura del hueso occipital, lo que le causó la muerte casi instantánea. "Luego de las agresiones, Lucini arrojó el cuerpo al canal de riego, donde dos días después fue hallado, se retiró del lugar y se deshizo de las pertenencias de la víctima (celular, documentación personal y llaves del departamento de Toledo)", detalló la fiscal.

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"El acusado y la víctima tenían una relación previa, por lo que el trato era frecuente. La víctima llegó confiada por la relación que tenían, pero todo el hecho fue cometido por Lucini en claro acto de sometimiento y violencia, donde dado el lugar prácticamente deshabitado, la víctima no tuvo oportunidad de defenderse", indicó la fiscal y destacó: "El imputado sometió de manera atroz, salvaje, a una mujer que supera en fuerza y fisonomía, en un claro actuar sobre seguro".

Intentó entorpecer la investigación

La fiscalía, además, brindó pruebas sobre los intentos de desviar la investigación por parte del acusado. En primer lugar, en comunicación con la hermana de la víctima, tras ser reconocido en las cámaras del edificio, le dijo que se quedara tranquila. Luego, a su esposa le explicó que la había pasado a buscar por unos planos y que como no los tenía la dejó a las pocas cuadras y en otra versión, que la llevó a pagar una factura de gas.

 

Todo eso fue contradecido por las pruebas que presentó la fiscalía sobre un recorrido directo desde la casa de la víctima a la zona de chacras de Centenario, sin pasar por el centro ni donde mencionó el acusado, informó Crónica.