A 5 años del ‘Ni una menos’: Los feminismos se fortalecen en Argentina

femicidios

Un miércoles por la tarde, en una movilización inédita, cientos de miles de mujeres argentinas salieron a las calles para gritar 'Ni una menos' y mostrar su hartazgo por los femicidios.

Era 3 de junio de 2015. Y, desde entonces, la fecha quedó incrustada en el calendario de la revolución feminista que recorre el mundo.

 

Cinco años después de esa primera e histórica marcha, los feminismos en Argentina se han fortalecido con una serie de conquistas y están organizados y en pie de lucha en pos de la equidad de género y de una transformación social de fondo, y frente a la posibilidad de que, ahora sí, el Congreso apruebe la legalización del aborto, una de sus principales banderas, para que las mujeres dejen de ser criminalizadas y no haya una muerta más en abortos clandestinos.

 

Para ello, cuentan con el apoyo de Alberto Fernández, el primer presidente argentino que abraza las causas feministas y que ya desde la campaña prometió que impulsaría la ley para interrumpir legalmente los embarazos.

Mientras tanto, la violencia de género no cesa. Esta semana, en vísperas del quinto aniversario de la marcha 'Ni una menos', la Corte Suprema de Justicia informó que el año pasado hubo 252 femicidios en el país, incluidos cinco travesticidios o transfemicidios, más 16 femicidios vinculados, es decir, personas asesinadas al tratar de impedir el crimen o porque eran familiares o tenían alguna relación cercana con la víctima principal del femicida.

 

El 60 % de los crímenes ocurrió en el hogar de las víctimas y se concretaron, en su mayoría, con armas blancas, de fuego y a golpes. El 90 % de las mujeres asesinadas conocía a su victimario. La mitad, de hecho, vivía con él. Cuatro de cada seis ya había realizado una denuncia por violencia de género. 26 eran niñas o adolescentes. Los asesinos dejaron huérfanos de madre a por lo menos 222 menores de edad.

Las cifras demuestran la persistencia de las violencias de género que las feministas argentinas denunciaron este miércoles en una intensa jornada de activismo a través de las redes sociales, ya que no pudieron marchar debido a la cuarentena por el coronavirus.

Un crimen bisagra

El 10 de mayo de 2015, el cuerpo de Chiara Páez, una adolescente de 14 años, fue encontrado enterrado en el patio de la casa de su novio, Manuel Mansilla, de 16 años. Chiara estaba embarazada de tres meses. Fue asesinada a golpes.

 

La brutalidad del caso provocó una conmoción que se tradujo en crecientes reclamos en las redes sociales, en donde periodistas, escritoras y activistas de diversas procedencias políticas, con largas o nulas trayectorias feministas, comenzaron a organizar una movilización nacida al amparo de la larga lucha colectiva de los feminismos de este país, en donde desde hace 36 años se realiza el Encuentro Nacional de Mujeres, una experiencia de debate y organización única en el mundo y que en cada edición es más convocante.

 

El lema 'Ni una menos' se popularizó a través de un cartel de letras rosas con el que posaban políticos y todo tipo de personajes famosos y no tanto. La violencia contra las mujeres se convirtió en un tema de permanente discusión en la sociedad argentina. En los medios, entre amigos, con la familia y en la escuela se analizó la raíz cultural y la naturalización del maltrato físico, sicológico y económico contra las mujeres y que tiene en el asesinato su máxima expresión.

La protesta del 3 de junio superó cualquier expectativa. El epicentro fue la marcha masiva frente al Congreso en la ciudad de Buenos Aires, pero las movilizaciones se repitieron en todo el país. Las mujeres repudiaron los femicidios, pero también los golpes, los maltratos, el acoso, los abusos sexuales, las violaciones, las coberturas machistas en los medios. Más tarde, otros países de América Latina y Europa realizarían sus propias marchas 'Ni una menos'.

En estos años, varios medios argentinos designaron a editoras de género, un cargo que era inexistente antes del 'Ni una menos', y las librerías del país se colmaron de títulos de ficción y de no ficción para analizar las múltiples facetas de los feminismos, los que se militan o no con "marco teórico", la historia de las luchas, las violencias machistas, la brecha salarial, la desigualdad en todas sus formas, la sexualidad o las mujeres en el arte o la ciencia.

 

Además creció el repudio a cada femicidio y se multiplicaron las denuncias a las campañas, comentarios y todo tipo de actitudes machistas en los poderes públicos o en los medios, que antes eran cotidianas, toleradas y, a veces, aplaudidas.

También se realizaron multitudinarios paros nacionales de mujeres, conmemoraciones por los días internacionales de las mujeres y contra las violencias hacia las mujeres, otras tres marchas 'Ni una menos', y cuatro ediciones más del Encuentro Nacional de Mujeres que amplió su nombre para incluir a las Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales y No Binaries.

Cada movilización se planea a través de asambleas en la que los colectivos debaten la agenda de reclamos y estrategias políticas durante horas, pero como el feminismo no es un movimiento piramidal ni tiene jefas, las luchas también son impulsadas desde otros sectores que integran mujeres que no participan de manera orgánica en ningún grupo ni al amparo de ninguna sigla.

 

Gracias al 'Ni una menos', en Argentina comenzaron a realizarse informes oficiales sobre violencia de género, como el Registro Nacional de Femicidios de la Corte Suprema de Justicia y la Unidad de Registro de Femicidios de la Secretaría de Derechos Humanos. El Congreso aprobó la 'Ley Micaela', que obliga a los funcionarios de todos los niveles a capacitarse para prevenir la violencia de género. El nombre recuerda a Micaela García, una joven militante política que fue violada y asesinada en abril de 2017.

Otro resultado concreto fue la creación, ordenada por el presidente Alberto Fernández, del primer Ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad, y de una dirección de Economía y Género en el Ministerio de Economía.

 

Al igual que hoy, las redes sociales se convirtieron en foros permanentes de activismo feminista, con capítulos centrales como el debate por la frustrada legalización del aborto en 2019, que permitió mostrar en las calles a las adolescentes que forman parte de la nueva generación de feministas argentinas, y el caso de la actriz Thelma Fardín, quien denunció que cuando era menor de edad había sido violada por el actor Juan Darthés.

'No nos callamos más' y 'Mirá cómo nos ponemos' fueron los gritos de batalla contra los abusos.

Más allá de conmemorar una fecha que ya es histórica para el feminismo, las mujeres argentinas recordaron este martes que el camino para terminar con las violencias machistas todavía es largo.

Pero no están solas. Ellas se acompañan en un movimiento masivo, heterogéneo y plural, que discute, pelea y toma las calles, que va a la vanguardia. Que es ejemplo de lucha, organización y resistencia para exigir 'Ni una menos', informó RT.