Incendios ponen en peligro hábitat del jaguar boliviano

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LA PAZ (AP) — Uno de los hábitats clave de los jaguares en América Latina sufrió una gran devastación en los incendios forestales de la selva del sudeste de Bolivia vecina a la Amazonia brasileña, denunció en Estados Unidos un grupo conservacionista.

Esteban Payán, director para América del Sur de la organización Panthera, con sede en Nueva York, dijo que las quemas afectaron la selva en los alrededores de la población de San Ignacio de Velasco, donde viven varias especies de felinos salvajes.

El área se encuentra en la provincia de Santa Cruz, el motor agroindustrial del país, al este de La Paz, donde los incendios se descontrolaron tras la quema de pastos y maleza que suelen practicar las poblaciones nativas para ampliar las zonas destinadas a la agricultura y la ganadería.

La región está cerca de la frontera con Brasil, donde los incendios también devastaron enormes extensiones de selva amazónica.

Payán dijo que los jaguares, pumas y otros felinos salvajes tendrán dificultades para sobrevivir debido a que ciervos y otras presas de las que se alimentan también murieron en los incendios.

Un millón de hectáreas quemadas

Organizaciones ambientalistas en Bolivia estimaron que más de un millón de hectáreas se quemaron en casi tres semanas de incendios en la región conocida como Chiquitanía, un bosque seco único de unos 20 millones de hectáreas en una vasta llanura que se extiende desde las últimas pendientes andinas hasta la selva amazónica.

 

El gobierno de Bolivia informó que los focos de calor han disminuido debido a la acción de más de 4.000 bomberos y de un gigante avión cisterna, pero no se han extinguido totalmente debido a los vientos.

Todavía no se conoce un balance final del desastre y su impacto en la vida silvestre.

Payán llegó a la región afectada para evaluar la situación.

El jaguar está catalogado como vulnerable, es decir, que enfrenta un moderado riesgo de extinción o deterioro de su población a largo plazo por la pérdida de su hábitat.

Hasta 2009, según el Libro Rodo de la Fauna Silvestre de Vertebrados de Bolivia, la mayor amenaza era la pérdida de su hábitat y en menor medida al tráfico de su piel. Pero desde 2014 comenzó a ser cazado por sus colmillos para exportarlos a China.