Un bebé de 6 meses, la séptima muerte asociada al dengue en El Salvador

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Cuando Max Ivis Martínez Gómez habla de la sonrisa, de la mirada y de lo alegre que era su hijo Mario Maximilian, su garganta se quebranta y abundantes lágrimas se deslizan por sus mejillas.

Martínez Gómez narró que su pequeño, que tenía 6 meses y 10 días de nacido, murió el viernes a las 10:30 p.m. en el Hospital Bloom de El Salvador, por complicaciones en sus órganos derivadas del dengue, tal como también señala el acta de defunción.

“Yo se los entregué vivo en el San Rafael y me lo entregaron en una morgue del Bloom”, lamenta el padre del menor víctima de dengue.

Dengue grave

Hasta el 12 de julio pasado, la ministra de Salud, Ana Orellana Bendek, informaba que estaban investigando la muerte de seis personas que se presumía habían ocurrido por dengue grave. Ayer se solicitó a la oficina de comunicaciones una entrevista para conocer acerca de este nuevo caso pero hasta el cierre de la nota no se había tenido respuesta positiva a la gestión.

A Max Ivis y a su compañera de vida, Daniela del Carmen Tobar, residentes en Colón, La Libertad, la vida les cambió de un solo golpe, y ayer en lugar de hacer planes sobre el futuro de su hijo hablaban del diseño que tendrá la lápida de la tumba que lo recibió el domingo, en el cementerio general de Santa Tecla.

“Yo levanté mis manos al cielo y le dije Dios aquí va tu ángel; llévatelo Padre, mi hijo no tiene que sufrir más, ya no lo quiero ver sufrir así”, eso es lo que recuerda Max de ese momento en que, con el permiso de una doctora, entró a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y vio como el cuerpo de su hijo estaba ya muy deteriorado.

 

Minutos después de ese encuentro y ya fuera de la UCI, la doctora les llamó para comunicarles la muerte del pequeño Mario.

Sistema de salud deficiente

El adolorido padre dijo que entre el miércoles y viernes anteriores, en menos de 12 horas, su hijo fue víctima de los largos procedimientos que se siguen en el sistema de salud para atender a los pacientes que llegan de emergencia, y también de la mala actitud que tienen algunos empleados.

Si bien sostiene que los médicos del Hospital Bloom hicieron todo lo posible por salvar la vida de su hijo cuando este llegó hasta sus manos, lamenta que eso no ocurrió en el Hospital San Rafael, ni en la Unidad Médica del Seguro Social de Santa Tecla, en donde estuvo previo.

Insiste en que en los primeros dos centros médicos en donde vieron primero al niño se demoraron en darle la atención debida y oportuna, considerando que habían exámenes que indicaban la presencia de la enfermedad, informó El Diario de Hoy.