Sube a 13 la cifra de policías asesinados en El Salvador en 2019

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Un agente de la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador fue asesinado este sábado durante un enfrentamiento con pandilleros en la localidad de Santa Ana, al oeste del país, con lo que asciende a 13 el número de efectivos policiales ultimados en 2019, informó el cuerpo de seguridad.

El agente fallecido, identificado como José Osmín Menéndez, resultó herido de gravedad a primeras horas de la mañana en el barrio San Rafael de Santa Ana, desde donde fue trasladado a un hospital, en el que murió pocos minutos después.

Además, durante el tiroteo, otro uniformado compañero del fallecido, cuya identidad no fue revelada por la fuente, resultó lesionado, pero, según el último informe, se mantiene estable.

Tanto Menéndez como el agente herido, de quienes se desconoce la edad, estaban asignados a brindar seguridad en una zona de ocio del turicentro Sihuatehuacán.

La PNC explicó que en la zona del suceso se desplegaron agentes de unidades especiales para investigar el hecho y buscar a los responsables del asesinato.

 

Con la muerte de este uniformado asciende a 13 la cifra de agentes de la Policía asesinados desde que comenzó el año en curso, a los que se suman los homicidios de 5 miembros de la Fuerza Armada y 2 empleados administrativos de la corporación policial.

Durante 2018 fueron asesinados 32 policías, más 2 empleados administrativos del cuerpo de seguridad, 17 militares, 3 custodios de Centros Penales y un estudiante de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP).

La mayoría de estos crímenes son atribuidos a las pandillas que buscan, según las autoridades de seguridad, presionar al Gobierno con estos ataques para obtener beneficios carcelarios para sus líderes.

Según el ministro de la Defensa, David Munguía, el país vive un conflicto armado de “baja intensidad” por los constantes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y las estructuras criminales.

El Gobierno responsabiliza a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18 y otras minoritarias de los altos índices de homicidios de entre 103 y 50,3 por cada 100.000 habitantes entre 2015 y 2018, cifras que ponen a la nación como una de las más violentas del mundo.

Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro administraciones.