Bebé que fue abandonada en Guatemala ya tiene nueva familia

guatemala

Tenía cuatro días de nacida cuando fue abandonada en el bulevar Vista Hermosa, zona 15 de Guatemala. 

Estaba en la banqueta envuelta en una colcha. No se sabe cuánto tiempo pasó en ese lugar a la intemperie. Una llamada anónima alertó a los socorristas, que contactaron a la Procuraduría General de la Nación (PGN).

El protocolo establece que los pequeños hallados en la vía pública deben ser trasladados a un centro hospitalario para verificar su estado de salud en un lapso de 72 horas. Afortunadamente la pequeña -que aún tenía el cordón umbilical– estaba sana.

Para evitar la institucionalización de los niños que son abandonados, existe el programa de Familias Sustitutas, coordinado con la Secretaría de Bienestar Social (SBS). Gracias a eso es que la bebé que fue localizada en la zona 15 ya es parte de él.

Amor sin condiciones

“Una de mis preocupaciones era saber si yo era capaz de darle el amor que ella necesita, amor de madre. Para mi sorpresa, es como si ella hubiera salido de mi vientre. El amor es igual”, dijo conmovida Emma, quien junto a su esposo Álvaro abrieron las puertas de su corazón y de su hogar a “la bebé”, como le dicen de cariño.

Fue en septiembre pasado que la pareja decidió ser parte del programa. Su hija mayor los empujó a inscribirse. Luego de varios estudios, los aceptaron para acoger a un niño cuyos derechos han sido vulnerados y necesita del calor de una familia para continuar con su desarrollo.

 

El 14 de febrero pasado los llamaron para poner en sus brazos al “pequeño angelito” que fue localizado en la zona 15. Ya habían olvidado lo que era cambiar pañales o dar biberón, pues su hija menor tiene 10 años, sin embargo, “revivir” la experiencia representó para esta familia una “bendición”.

“Recuerdo bien ese primer día. Lloré de la emoción”, dice Emma, que sin conocer a la niña, sintió que ya había un lazo especial que las unía. “Estoy consciente de que soy mamá temporal”, reconoce. “La bebé vino (a su hogar) como una princesa que Dios nos mandó. Dejará una huella grande en nuestra vidas”, agrega.

La pequeña pesaba cinco libras cuando fue rescatada, pero con los cuidados que le han dado su peso ya es de 11 libras. Se le ve sana y duerme tranquila en los brazos de Álvaro, quien durante esta entrevista la sostiene con ternura mientras le da el biberón.

“No podemos criticar a la familia que la abandonó, no sabemos las circunstancia que los llevó a hacerlo, pero si Dios nos permite tenerla, lo cuidaremos”, comenta el padre de familia, quien al llegar a casa después de la jornada laboral lo primero que ahora hace es buscar a la niña, cargarla y llenarla de mimos. Los mismo hacen sus tres hijas después del colegio.