Guatemala: Muere reo prófugo durante ataque armado en Hospital Roosevelt

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Un peligroso criminal que fue liberado por otros pandilleros en el Hospital Roosevelt, y que dejó como saldo fatal siete muertos, falleció antes de ser recapturado por agentes policiales de Guatemala.

Anderson Cabrera era el nombre del pandillero que escapó de un hospital de Guatemala el 16 de agosto de 2017. El criminal murió durante un operativo donde se efectuaría su captura.

Por ahora la Policía Nacional Civil (PNC) no ha detallado en qué circunstancias murió Anderson Cabrera, se si trató de un homicidio y si agentes dispararon.

El operativo para recapturarlo fue en la manzana 33, lote 13 y sector 3 de la colonia Mirador de la Cruz, zona 18 capitalina.

El 16 de agosto de 2017, el privado de libertad fue trasladado para recibir atención médica, bajo la autorización del Juzgado de Sentencia del Tribunal de Mayor Riesgo C. Por ser pandillero de la Mara Salvatrucha, estaba recluido en la cárcel Boquerón, Santa Rosa.

Durante la incursión armada murieron siete personas y otras 12 resultaron heridas, destacó Prensa Libre.

Entre las víctimas mortales de la balacera ocurrida en el Hospital Roosevelt hay dos guardias del sistema penitenciario, dos trabajadores del centro asistencial, dos niños y un adulto.

La policía capturó ese mismo día a cinco presuntos pandilleros que participaron en el rescate, uno de ellos confesó que les pagaron Q200 para participar en el ataque.

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El Ministerio de Gobernación ofreció una recompensa de Q150 mil a cambio de cualquier información para poder ubicar a Cabrera Cifuentes.

El 20 de marzo del 2013, la Fiscalía de Delitos contra la Vida logró condenarlo por asesinato, conspiración para asesinato, asociación ilícita y exacciones intimidatorias.

Luego de la fuga de agosto de 2017, los investigadores informaron algunos detalles sobre el perfil de Anderson Cabrera Cifuentes.

En la estructura criminal, Cabrera Cifuentes dirige la célula Vatos Locos, de la Mara Salvatrucha, y es conocido en la jerga pandillera como brincado; es decir, comenzó en la pandilla desde abajo, cumpliendo órdenes y fue haciendo méritos para ascender.

La Fiscalía determinó que el marero ordenaba el cobro a cada comercio que operaba en el área bajo su dominio y quien no pagaba era asesinado.

Desde el 2013 el peligroso criminal ya purgaba una condena de 162 años, por cinco crímenes.