Por el deceso de Ernesto José Barahona Torrentes, conocido con el alias de Tito, un segmento de la comunidad educativa de Granada, pobladores, amigos y familiares, se reunieron para darle el último adiós, no sin antes oficiarle una misa, la que se efectuó en la parroquia del Socorro, desde donde el cuerpo del infortunado partió hacia el cementerio de esta ciudad, en cuyo recorrido, las bandas de guerra anunciaban su partida.
Fue un escenario conmovedor, muchos reflejaban el dolor que le causó su deceso, pues según dicen, él no tenía problemas con nadie, supuestamente era estudioso, amante del fútbol y de buen comportamiento, pero si será recordado por quienes, lo querían y ahora lo lloran.
Eran tantas las personas que lo acompañaron, que hasta las autoridades del orden se dieron a la tarea de resguardar el trayectoria para evitar cualquier altercado, del que presuntamente pudiera provocar alguna otra situación comprometedora, pero al final, todo finalizó en paz y respeto.
Claudia María Chávez