Un grupo de leñateros que arrasan con el bosque de manglar, especies en peligro de extinción y protegidas en el departamento de Chinandega, fueron detenidos por efectivos del Segundo Comando Regional Militar del Ejército de Nicaragua.
Ante la cantidad de denuncias este Comando Militar implementó trabajos de patrullaje en el marco del Plan Permanente de Seguridad en el Campo y en el Plan de Protección de los Recursos Naturales, logrando la ocupación de cinco cayucos con 184 piezas de la especie mangle rojo, procedente de la zona de los humedales de Campuzano, perteneciente al Delta Estero Real.
El coronel Ilich Vladimir Martínez Jarquín, jefe del Segundo Comando Militar, confirmó que en el marco del Plan Permanente de Seguridad en el Campo, una patrulla detectó a las 3:30 de la tarde del miércoles, en el sector La Palmita de Campuzano, en el Estero Real, los cayucos que iban en fila india con la madera de 2,484 pies de la especie maderable costera.
Estamos amparado en la ley 217 y código 181 de la protección y cuido del medio ambiente y recursos naturales y la ley de veda 185. Como vemos este cargamento es un encargo porque encontramos pilares, alfajillas, y postes con medidas para obra de construcción de ranchos. Además hemos ocupado las herramientas que utilizaron para el corte; hachas y machetes, dijo el coronel Martínez.
Los detenidos son originarios de la comunidad David Andino del municipio de Puerto Morazán, quienes fueron identificados como: Eduardo Espinoza Mendoza, José Luis Espinoza Mendoza, Luis Alberto Martínez, José de la Cruz Munguía, Tomás Sánchez y Ángel Antonio Herrera, quienes justificaron el delito ambiental al asegurar que la falta de trabajo los lleva a saquear el recurso natural.
Sacamos la madera para sobrevivir. De aquí sacamos rajas de leña y luego la vendemos a 100 córdobas el cien, dijo Eduardo Mendoza. «Yo andaba sacando la madera, para mi casa son 50 alfajilla. El costo de la pieza varía, entre los 40 y 200 córdobas dependiendo el grosor y tamaño, dijo Ángel Antonio Herrera.
Recientemente una cooperativa de concheros se quejaron ante las autoridades que el despale es despiadado con comercialización lucrativa de la especie en extinción. Los depredadores del medio ambiente y recursos naturales no descansan, día y noche se observan en el bosque de humedales cortando madera de mangle para luego venderla, como rajas de leña, o postes para la construcción de ranchos. Hay daño en todas las dimensiones de la acuicultura, y la producción en las lagunas naturales de camarón, manifestó Marcial Mejía, acuicultor de Chinandega.
Pedro Ramírez, delegado de Instituto Nacional Forestal, Inafor, dijo que se encuentra establecida la Ley 585 de veda por diez años en áreas protegidas.
Cuando hablando de la zona de humedales nos referimos a la gran diversidad que existe en la zona por los manglares y las diferentes especies que habitan, se alimentan y refugian en esta zona. Sabemos que la problemática socioeconómica nos aprieta en el territorio, pero no justifica la manera irracional que hacemos del recurso», señaló el funcionario.
Además indicó que en esta semana se detectó en el área núcleo el corte de árboles jóvenes, sanos y verdes, y solo se está permitido el aprovechamiento de madera seca para limpiar la vegetación.
Se conoció que la tala de esta especie es realizada por leñateros o personas que buscan la manera fácil de ganar algo de dinero, principalmente en la zona de Puerto Morazán, El Realejo, Alemania Federal, Corinto, Padre Ramos, cercana a los límites costeros de la Reserva Natural Delta Estero Real, declarado recientemente zona de Reserva y descanso de Aves Playeras Migratorias.
El Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) es el encargado de valorar el proceso administrativo, en la aplicación de sanción monetaria o restablecimiento de áreas. Mientras tanto la Procuraduría General del Ambiente, PGA, determinará el enjuiciamiento de los cinco retenidos.