Un incendio destruyó al menos 10 viviendas y obligó a desalojar a unas 4.000 personas mientras las llamas saltaron una carretera y avanzaron hacia una localidad del norte de California a solo unos kilómetros (millas) de donde se registró otro trágico fuego el verano pasado.
Las llamas alcanzaron la calle principal de Lower Lake, un pueblo de unos 1.200 habitantes a unos 145 kilómetros (90 millas) al norte de San Francisco, y quemaron la oficina de correos, una bodega, la oficina de la ONG Hábitat para la Humanidad y varios negocios, mientras una columna de denso humo negro se elevaba sobre el centro de la pequeña localidad. El personal de un hospital de Clearlake, una localidad cercana de 15.000 habitantes, trasladaron de urgencia a 16 pacientes a otro centro y los bomberos pusieron a salvo cabras y otros animales mientras las llamas engullían las casas a su alrededor.
El fuego es uno de los 11 grandes incendios activos en California, donde las altas temperaturas y el clima seco tras cinco años de sequía elevan el riesgo de incendios. En el centro del estado, otro fuego originado el sábado calcinó 20 estructuras y amenazó 150 viviendas.
Las autoridades confirmaron que 10 viviendas de Lower Lake ardieron, aunque testigos apuntaron que podrían ser más. Paradójicamente, Hábitat para la Humanidad trabajaba para recaudar dinero para reconstruir casas devastadas por un incendio que mató a cuatro personas y arrasó más de 1.300 viviendas hace casi un año.
«No creo que ninguno de nosotros pensara que íbamos a volver a estar donde estamos esta noche», dijo el senador estatal Mike McGuire en referencia al fuego del año pasado.
El incendio comenzó el sábado por la tarde y creció con rapidez mientras los bomberos intentaban controlar las llamas avivadas por las altas temperaturas y los vientos que soplaban en la zona.
En el centro de California, unas condiciones similares hicieron que un fuego cerca de Lake Nacimiento, a unos 290 kms (180 millas) al noroeste de Los Ángeles, más que triplicara su tamaño el domingo. El fuego se dirigía hacia el norte del lago, por lo que las autoridades evacuaron a algunos residentes en barco.
En el sur de California, los meteorólogos prevén un elevado riesgo de incendio por la ola de calor y los vientos racheados.