La batalla contra la naturaleza y el tiempo siempre se pierde, pero hay formas de posponer la derrota.
Es inevitable: con el paso del tiempo, los pechos tienden a caer, especialmente tras pasar por un embarazo y dar de mamar. Ante esa realidad, no dejan de aparecer tratamientos basados en aumentar el espesor de la dermis mamaria y potenciar la elasticidad de la piel para evitar su flacidez.
Sin embargo, la mayoría de los dermatólogos coinciden en que proporciona mejores resultados proteger los senos de la luz solar, que daña el colágeno y acelera el envejecimiento cutáneo y la pérdida de firmeza de la piel.
Hace algunos años, un cirujano israelí de la Universidad de Tel Aviv desarrolló un sujetador interno con efecto antigravedad. Se trata de una tira de silicona que se ancla a las costillas mediante una pequeña incisión y eleva los pechos desde dentro y sin necesidad de prótesis.
Según su creador, esta solución es más natural y estable que la mastopexia o elevación convencional de la mama mediante cirugía. Se implanta a través de una pequeña incisión en la aureola del pezón y la cirugía no requiere hospitalización.