El sexo en las relaciones largas: la ciencia confirma una triste realidad

Después del primer año de relación, las mujeres se aburren de tener relaciones sexuales con su pareja y muestran cuatro veces menos interés por el sexo que las que llevan menos tiempo comprometidas, según un informe científico publicado por la revista BMJ Open. Sin embargo, esta tendencia no se detectó entre los hombres.

Los investigadores británicos encargados del estudio entrevistaron a 11.500 personas que habían tenido al menos una pareja sexual durante el último año. 

El 34% de las mujeres señaló que su interés por el sexo se reducía en una relación larga. Mientras que entre los hombres esta tendencia se observó solo en el 15% de los consultados.

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Según los científicos, la actividad sexual también depende de la edad. Por ejemplo, los participantes de entre 18 y 29 años mantenían un promedio de 112 actos sexuales por año. Los encuestados de 30 a 39 años, tenían sexo 86 veces al año, mientras que los situados en la franja de edad entre los 40 y los 49 años, lo hacían unas 69 veces.

Asimismo, la disminución de la libido entre las mujeres se ve influenciada por los cambios de pareja —tres o más veces al año— y la presencia de niños menores de cinco años en el hogar.

Entre otros factores que reducen el deseo de tener relaciones sexuales figuran también las enfermedades de transmisión sexual y los problemas de salud física y psíquica.

 

En contexto

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Determinar las fantasías

Todo comienza por elegir un escenario. La imaginación no tiene límites. Los pensamientos y deseos son el estímulo de los juegos. “Sucede mucho que buscan los opuestos. Si un marido trabaja en un banco y está siempre vistiendo un traje, la mujer le pide que personifique un mecánico en musculosa por ejemplo”.

La previa

Si las fantasías requieren de alguna herramienta o preparación, las parejas necesitan de charlas previas. El sexting podría formar parte de la previa del suceso. De esta manera se puede jugar y ser imaginativo sin mirar a la otra persona o decir nada en voz alta. Expresar lo que buscan en ese juego puede hacer que todo sea más fácil, incentivando o alentando al otro a hacer algo sin vergüenza. Otros necesitan un poco de preparación, si la fantasía para el juego de roles requiere de elementos con cuero, látigos y unas esposas de policía, lo mejor es avisar.

A todo o nada

Es un pacto de común acuerdo. Los participantes se comprometen a asumir sus roles con seriedad y compromiso para su cumplir su cometido. Algunas fantasías de juegos de rol tratan las relaciones de poder. Uno de los dos tiene poder sobre el otro y lo ejerce. Los juegos de rol les permiten a las parejas hacer o decir todo lo que no se animarían.

Con tranquilidad

Para muchas personas, el juego de roles puede sentirse un poco tonto y vergonzoso. “Puede ser incómodo fingir ser alguien más con tu pareja, incluso si la idea en tu mente busca encender a la otra persona. Comentar previamente en alguna ocasión la fantasía puede ayudar”, dijo la especialista.

Disfraces o accesorios representativos

La imaginación es poderosa, por lo que los disfraces en el juego de roles no son un requerimiento obligatorio. Sin embargo, vestirse ayuda a entrar en personaje y le agrega credibilidad. Existen tiendas que ofrecen los conjuntos para las parejas con accesorios como pelucas y esposas.

“Si una mujer, por ejemplo, compra un disfraz y no se siente cómoda con él difícilmente pueda relajarse y pensar en la interpretación. No va a ser creíble y se va a sentir ridícula y fea”, advirtió Tesler.

Guion

Las primeras frases pueden sonar tontas y resultar incómodas. Es un juego nuevo y no se espera que funcione perfecto al principio. Es posible que exista un orden en su mente de los eventos que vayan a suceder o sobre cómo se va a ir desarrollando la historia, pero al mismo tiempo las historias pueden surgir de la improvisación.

Dónde

Cambiar de ambiente en la intimidad de una pareja puede estimular los sentidos. Le agrega una chispa a lo desconocido. El cuarto de un hotel, algún escondite en el trabajo, o incluso pretender ser extraños en una barra son algunas de las opciones. El coqueteo lento para eventualmente entablar una conversación en un bar conseguirá que las sensaciones fluyan y que vuelvan los recuerdos acerca de qué fue lo que los enamoró en primer lugar.