¿Cómo comeremos dentro de 25 años?

Si nos hubieran preguntado hace 25 años cómo comeríamos a día de hoy, quizás muchos habrían respondido algo así como “con píldoras, como los astronautas”.

Pues no, las cosas evidentemente han cambiado, no conocíamos la quinoa ni los nitrógenos líquidos, pero seguimos haciendo fabadas y apretándonos un Big Mac cuando la ocasión así lo requiere.

Hemos querido plantearnos la misma cuestión: ¿qué comeremos dentro de un cuarto de siglo? Pero esta vez, puestos a no caer en el mismo error, le preguntamos a Gregorio Varela, Presidente de la Fundación Española de Nutrición. 

Estuvimos con él celebrando el 25 aniversario de Fnac, donde además tuvimos la ocasión de asistir a un showcooking donde nos elaboraron el que podría ser un menú factible de una comida del futuro, preparado con los electrodomésticos de Fnac Home. Aquí hay un resumen de nuestra charla con esta eminencia en alimentación, que esperamos no nos ponga colorados cuando alguien decida recuperarla allá por el año 2043. Si es que sigue existiendo internet…

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Antes de plantearnos cómo comeremos en el futuro, resumamos el presente, ¿cómo comemos los españoles a día de hoy?
Estamos en un momento de cierta confusión, de transición.

 Venimos del legado de la famosa dieta mediterránea que no nos la hemos cargado todavía, pero sí la hemos hecho pupa. Nos estamos olvidando de alimentos como las legumbres, el aceite de oliva, el pan, lo verde… y es grave. Además, los aspectos sociales de la alimentación también están cambiando a peor. Antes era una alimentación compartida, ahora muchos jóvenes prefieren comer en el sofá, delante de una pantalla. Es la nutrición silenciosa y no es buena.

Nuestras abuelas comían mejor?

Para que te hagas una idea, nosotros manejamos habitualmente unos 70 alimentos de media. Nuestras abuelas utilizaban 110. Además, de la proteína que consumimos un 67% es animal mientras que la que consumían ellas era el 50% animal y el 50% vegetal.

¿Y cómo comeremos dentro de 25 años?

Es difícil de predecir. Una de las tendencias es volver al pasado, a nuestra dieta mediterránea y a no comer tantas cosas que vienen de tan lejos ¿por qué comer quinoa con las legumbres que tenemos aquí? También en el futuro exigiremos mucha más información, queremos asegurarnos de que lo que nos llevamos a la boca sea saludable y sostenible, que cuando compremos un vino o una leche sepamos casi el nombre de la vaca, que no haya habido maltrato animal, que el productor trate bien a sus trabajadores… Con tecnologías como el blockchain se puede saber. Además, a día de hoy desperdiciamos el 30% de la comida, y esto es también una asignatura pendiente para el futuro.

Y en cuanto a ingredientes, ¿qué vamos a comer que no comamos ahora?
Más productos de origen vegetal, seguro. Y además, muchos serán nuevos para nosotros. Se desarrollará mucho el tema de las algas, que ya está despuntando. Los alimentos de origen vegetal son los que siguen guardando los grandes secretos nutricionales, vamos encontrando que tal alga o tal legumbre tienen unas propiedades nutricionales que no conocíamos.

Para producir un kilo de carne de ternera se gastan 13.000 litros de agua. Para un kilo de hortalizas, no llega a 40

En lo referente a la carne, ¿qué cambios habrá?
Tendremos que acostumbrarnos a tomar menos, fundamentalmente de vacuno. Porque no es sostenible, la huella hídrica que deja no nos la podemos permitir. Para que te comas un kilo de carne de ternera se gastan 13.000 litros de agua. Para un kilo de hortaliza no llega a 40. Tendremos que optar por buscar las proteínas de origen animal en nuevas especies, como los insectos, que van llegando poco a poco. O en las carnes hechas en laboratorio.