Por estas razones se deben cuidar los dientes de leche

Aunque temporarios, los dientes primarios o “de leche” son extremamente importantes para el desarrollo de los niños. Las primeras piezas dentales comienzan a tomar forma en el vientre materno, y suelen aparecer en la boca del bebé a los 6 o 7 meses de edad y el último diente entre los 2 años y medio y 3 años de edad.

Es importante que se mantengan saludables pues, aparte de contribuir con la salud general, también cumplen varias funciones mientras guardan el lugar a los dientes permanentes. Acá te aclaramos algunas funciones de los dientes de leche.

Alimentación: una buena digestión y por ende alimentación, comienza con la masticación; los dientes de leche ayudan al bebé a masticar (triturar) sus alimentos, además de ser un buen ejercicio para fortalecer toda la boca y poder pronunciar bien las palabras. Luego cuando se cambie por la dentadura permanente, continuarán con esta función.

Pronunciar las palabras (fonación o articulación de palabras): para aprender a hablar correctamente se debe pronunciar bien. Los dientes de leche permiten la coordinación entre la lengua y los labios, para poder tener una buena dicción, de lo contrario se requerirá tratamiento con un fonoaudiólogo.

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Desarrollo de los maxilares: si no tiene dientes de leche, el niño no podrá masticar sus alimentos y el hueso maxilar no se desarrollará ni crecerá (entre los 2 y los 5 años se produce el mayor crecimiento). Cuando se mastican los alimentos, se estimula el crecimiento de los maxilares – incluso los bebés tienen instintivamente esta función aún antes de que le salgan los primeros dientes, cuando muerden sus juguetes.

Por todo esto, si no son cuidados, los dientes primarios pueden producir tratamientos de costo elevado, disminución del crecimiento y desarrollo de los huesos de la cara, desórdenes gastrointestinales, dificultades en la comunicación y el habla, pérdida dentaria prematura con dificultades masticatorias, mal posición dentaria, pérdida de espacio para dientes sucedáneos, pérdida de autoestima y daños a la dentición permanente, además de problemas en la alimentación, malnutrición, procesos dolorosos e infecciosos.

Al cuidar los dientes del niño, los padres contribuyen a la salud general de su pequeño.