Un diario perdido podría ayudar a recuperar ‘la octava maravilla natural del mundo’

Unos investigadores podrían haber deducido dónde se encontraban las Terrazas Rosas y Blancas del lago Rotomahana, 'la octava maravilla natural del mundo', que quedó sepultada tras una erupción del monte Tarawera en 1886, según han publicado en la revista de la Real Sociedad de Nueva Zelanda.

Rex Bunn, una de las personas que ha participado en el proceso, asegura que en el siglo XIX el lugar se convirtió en "la mayor atracción turística" del Imperio británico y todo el hemisferio sur, debido a que recibía visitas de "barcos repletos" de personas procedentes de Europa y América.

Como las autoridades de la época nunca fijaron las coordenadas exactas de su ubicación, para hacerse una idea aproximada estos especialistas examinaron los diarios de Ferdinand von Hochstetter, un geólogo austriacoalemán que describió la zona en 1859.

El papa llama a movilizarse ante pobreza en primer mensaje de Jornada Mundial

Bunn y sus colegas estiman que las terrazas se encuentran a una distancia entre 10 y 15 metros de la superficie, bajo capas de barro y cenizas, y aseguran que los propietarios ancestrales de la tierra están "encantados" con el proyecto.

Gracias a los más de 50.000 dólares que han recaudado para desarrollar el trabajo de campo, podrán llevar a cabo un estudio arqueológico que permita encontrar esa "maravilla natural" de "interés público".

 

 

Rumania prohíbe presentar animales salvajes en circos

El Parlamento de Rumania prohibió este martes la utilización de animales salvajes, tales como osos y tigres, en los circos de ese país, medida solicitada por los defensores de los animales desde hace varios años y que ya está vigente en otros países de Europa.

Aquellos animales "nacidos en cautiverio o capturados en la naturaleza, sea cual sea su grado de domesticación", no podrán ser utilizados en espectáculos de circo ni por artistas ambulantes.

Sin embargo, los circos están autorizados para presentar delfines y algunos pájaros exóticos, así como perros y caballos. 

La nueva ley aún no ha sido promulgada formalmente por el presidente Klaus Iohannis, pero desde ya prevé penas un año de prisión en caso de infracción.

Aquellos animales implicados en estos casos tendrán que ser llevados a zoológicos en un periodo no mayor a 18 meses.