Ometepe: Celebran un aniversario más del paso a la inmortalidad de Carlos Fonseca

nicaragua

La tarde de jueves bajo un radiante y caluroso sol cientos de militantes sandinistas caminaron desde El Chipote hacia el casco urbano del municipio de Altagracia, en alegría y paz recorrieron las principales calles en conmemoración del 42 aniversario del paso a la inmortalidad del comandante Carlos Fonseca Amador, fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

“Por supuesto aquí vamos caminando en paz, en tranquilidad sin agredir a nadie sin quemar nada, vamos en alegría celebrando el 42 aniversario de paso a la inmortalidad de ese gran Líder Revolucionario, Carlos Fonseca, su legado aún perdura en nuestros corazones y seguimos de frente con frente”, manifestó Abel Correa, militante sandinista.

Gritando consignas a una sola voz, cantando, bailando y alzando la bandera roja y negra rindieron homenaje al legado revolucionario del comandante Carlos Fonseca, que es de los  muertos que nunca mueren, dicho legado es recordado y revivido cada día a través del modelo de Fe, Familia y Comunidad implementado por el Gobierno Sandinista.

Te interesa: San Juan de Río Coco conmemora al Comandante Carlos Fonseca

Paso a paso, cuadra a cuadra las familias roja y negra caminaron en respaldo al Buen Gobierno del comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo, una vez más se tomaron las calles para exigir paz, vida y justicia para las víctimas del terrorismo. La actividad fue adornada con coloridas carrozas que llenaron el ambiente de cultura y tradición propia de la localidad.

Una caravana de motorizados acompañaron la actividad que se desarrolló en algarabía y jubilo. La gran familia sandinista de la Isla de Ometepe esta más unida que nunca, reafirmaron su total apoyo al F.S.L.N, único partido que ha sido capaz de llevar por sendas de trabajo y progreso a Nicaragua, por ello las familias ratifican su respaldo sandinista.

La celebración culminó en el Parque de Ferias con una tarde cultural, imprevistamente el clima cambio y ni la lluvia pudo detener el derroche de cultura que se vivió en este sitio, construido para el deleite y la sana recreación de cada una de las familias isleñas.