Fieles católicos en el pueblo indígena de Mozonte celebran la entrada triunfante del Jesucristo a Jerusalén

Con la solemnidad de la Semana Mayor la Iglesia Católica junto a la feligresía  comienza a vivir un espíritu de penitencia, sacrificio y de oración en la celebración anual de los misterios y la pasión de Jesucristo que iniciaron con la entrada triunfal del Salvador del Mundo a Jerusalén hoy Domingo de Ramos.

El Padre Aarón Tercero, Párroco de la Iglesia de Mozonte, previo a la Procesión del Burrito y Cristo Rey realizó la bendición de las palmas portadas y agitadas por los fieles  que desde tempranas horas se dieron cita en el pueblo indígena para proclamar a Jesús el hijo de David.

“Esto es lo que vamos a conmemorar, a este Cristo que entra gozoso, triunfante a la ciudad donde sabe que lo van a matar, a esa Jerusalén donde entregará su vida por nosotros y muere para hacernos vivir la vida eterna”, dijo el padre Aarón Tercero.

Llamó a los segovianos a vivir una semana  en la contemplación de este misterio tan sublime de la cruz donde debemos reconocer a Dios como nuestro señor. “Volviéndonos de los malos caminos y vacíos generados por la equivocación humana  que buscamos como llenarlos en cosas superfluas y que solo puede llenar el Señor, Dios el único que puede satisfacer al hombre en todas sus necesidades humanas, materiales y espirituales”, resaltó.

Con la entrada triunfante de Cristo montado en un burrito se abre pasó a los grandes misterios de la pasión de Jesucristo. “Ese Dios que es Omnipotente que no tiene necesidad del hombre, el Emmanuel que quiere estar  con la humanidad, que la redime, la salva y para ello nos compra un precio de sangre”, reflexionó el párroco del pueblo caracterizado por su religiosidad.

Mozonte es considerado un pueblo lleno de gracia por la presencia de grandes personajes de la fe católica como Monseñor Nicolás Antonio Madrigal y el padre Evaristo Bertrán, enterrados en suelo mozonteño y considerados dos pilares de la fe en Las Segovia.

El ciudadano German Florián valoró  que la fe y devoción que hoy Domingo de Ramos vive el pueblo creyente es parte de la herencia de Monseñor Nicolás Antonio Madrigal. “Herencia que hoy continúa fortaleciéndose con el Padre Aarón,  siguiendo los pasos de Jesús”.

Para don José Dolores Bautista. “Es un día grande que nos invita a entrar en un proceso de humildad y espiritualidad como fue Jesús que derramó su sangre en la cruz y que representa una oportunidad para disfrutar de esta grandeza para vivir en unidad en la comunidad”. 

Guadalupe Amaya dijo que como católicos celebran con devoción el Domingo de Ramos en honor a todos los santos como Monseñor. “Recordando a nuestro amado Jesús que dio su sangre por el mundo reconociendo su gesto generoso”.