Surge insólita teoría sobre el origen de la momia ‘María’ de Nazca

Un grupo de científicos rusos afirma estar cerca de resolver el origen de la momia "María", hallada en una tumba cercana a las líneas de Nazca en el 2017.  El resto arqueológico data del siglo V d. C. , casi un milenio antes del descubrimiento de América.

Según los genetistas, la momia de cabeza alargada y tres dedos en manos y pies, es un "humanoide con 23 pares cromosomas al igual que los humanos pero con anatomía distinta". Ellos continúan sus investigaciones en Rusia, donde esperan descifrar su genoma.

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"En este momento estamos haciendo un análisis detallado para ver si la forma de la posición de todos los cromosomas, de todos los aminoácidos, coincide con la nuestra", declaró el profesor de la Universidad Nacional de Investigación de Rusia, Konstantin Korotkov.

Según los genetistas, citados por la agencia Europa Press, "muchas partes anatómicas de la momia difieren de las del ser humano", como "la estructura de las costillas, diferentes en su parte superior y en la forma de la caja torácica".

El profesor Korotkov sostuvo que "María" pudo haber sido "representante de una raza determinada que haya alcanzado una etapa muy avanzada".

 

 

 

 

En Escocia hace más de una década fueron hallados dos cadáveres, datados de hace tres mil años, en Cladh Hallan, una aldea prehistórica en la isla de South Uist, frente a la costa de Escocia. Sobre ellos, en el 2017 fue descubierto algo mucho más sorprendente que la antigüedad de los mismos.

Pues en un nuevo estudio científico pudieron constatar con muestras de ADN y análisis isotópicos,  que estas momias identificadas previamente como ‘masculina’ y ‘femenina’, están formadas con extractos de otros cuerpos.

La primera pista de que algo extraño ocurrió con ellos, consistió en que la mandíbula de la momia femenina no encajaba con el resto del cráneo, así que Parker Pearson de la Universidad de Sheffield, sugirió que se realizaran pruebas de ADN.

El profesor de arqueología biomédica en la Universidad de Manchester, Terry Brown, tomó muestras de las extremidades, la mandíbula y del cráneo del esqueleto femenino para desvelar su extraña naturaleza. ¿Los resultados? los huesos pertenecían a distintas personas que concordaban con el mismo tiempo de su deceso.