Argentina: Nahir Galarza cambia totalmente su testimonio tras el crimen de su novio

Nahir Galarza, la joven que confesó haber asesinado de dos balazos Fernando Pastorizzo en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú pidió ampliar la indagatoria ante los tribunales y brindó una nueva declaración durante tres horas. 

La joven de 19 años cambió casi por completo su versión anterior, manifestó que el hecho fue accidental y detalló qué sucedió desde que se encontró con su exnovio hasta que lo mató, según Crónica.

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Nahir contó que tenía bloqueado a Fernando en WhatsApp y lo desbloqueó para llamarlo. Como el joven no la atendió, volvió a bloquearlo. Minutos después, el varón la llamó, ella atendió pero la víctima no podía escucharla. La llamada se cortó, la chica se quedó sin batería y se fue hacia la casa del afectado.

Según contó Nahir, cuando llegó a la casa de Fernando el joven salió enojado porque ella no le atendía el teléfono

"Él insistió para que yo entre a su casa pero yo no quería y me quedé en la vereda. Él me gritaba porque no le atendí el teléfono, estaba enojado. Él sabía cómo manipularme y sabía qué palabras decirme para que me duela. Relató que desde allí, fueron a la casa de ella y no mediaron ninguna palabra en el viaje.

La acusada dijo que lo dejó pasar a su vivienda porque el chico ya estaba "calmado". "Entró su moto al negocio de mi casa, lo dejé pasar a mi casa y cuando pasamos por la cocina él agarró el arma de mi papá y empezó a joder. Movía la pistola por todos lados y decía 'mirá que fierro el de tu viejo'", relató.

Agregó que ella lo insultó y se enojó. "Le dije que era un enfermo, unas cosas más y me fui a mi habitación. El me siguió, me abrazó, me pidió perdón y logró que me calme. Después, me convenció y tuvimos relaciones", recordó.

La chica recordó que después de tener relaciones sexuales con Fernando, él empezó a reprocharle que se veía con otros chicos y le aseguró que la vio dándose un beso con un chico de nombre Rafael.

En medio de la pelea, Nahir le aseguró que Rafael era un chico con el que hablaba y se veía desde hacia un largo tiempo. Además le contó que en ese momento sólo quería a Rafael, le dijo que este chico la respetaba mucho más que él y que era mil veces mejor. 

Según dijo, en ese momento, Fernando reaccionó de forma violenta: "Le dio un ataque de ira. Me empujó, tiraba cosas, me tiró de los pelos, me empezó a insultar, me dijo que era una desesperada y me puse a llorar cuando me dijo que era una depresiva. Él sabía que esa palabra me afectaba. Le dije que se vaya de mi casa, que no lo quería ver más". 

Cuando Nahir lo echó, Fernando le pidió perdón, la abrazó y le dijo que él iba a cambiar. Sin embargo, la joven le dijo que la deje tranquila y volvió a compararlo con Rafael.

En ese momento, dijo que Fernando me sacó de la habitación de los pelos, agarró de nuevo el arma, me apuntó en la panza y me dijo que me iba a ir con él. Yo estaba más sorprendida que asustada, le pregunté qué le pasaba llorando y me dijo que me callara. 

"Yo no quería gritar porque mi papá se podía despertar y no quería que viera la situación. Él me tiró por la escalera de los pelos y cuando llegamos al patio me abrazó como si nada. Me dijo que si quería que él se calmara, haga lo que le pedía", agregó.

La joven aseguró que Fernando apretó el gatillo y le dijo que "ni se le ocurra salir corriendo". El chico sacó su moto del negocio y guardó el arma en su pantalón. 

Nahir contó que se subieron a la moto y se cruzaron con Joaquín, un chico que hablaba con la detenida. En ese momento Fernando le dio el casco para que se lo ponga y le dijo que se callara. 

Además, aseguró que el difunto le empezó a hacer preguntas con un tono agresivo, le preguntó si se había visto con Joaquín y le dijo que era una zorra, un asco de persona.

La detenida dijo que trató de calmarlo, le aseguró que lo de Rafael era mentira y, cuando se quiso tirar de la moto, el chico aceleró. Agregó que ella le quiso sacar el arma pero no podía porque él la tenía sostenida con una mano y se iban a caer del vehículo los dos. 

La imputada le dijo que si estaba con otros chicos, no le tenía que importar por que "no eran nada", le pidió que la lleve a la casa de su abuela, le propuso hablar al otro día tranquilos y le solicitó que le devuelta la pistola de su padre ya que el hombre iba a ir a trabajar en unas horas. 

El chico no contestó, aceleró y comenzó a reir como un loco, dijo Nahir. Agregó que cuando llegaron a la casa de su abuela, él perdió el control de la moto, la agarró con las dos manos y casi se caen. En ese momento, ella agarró el arma.

"Fernando frenó la moto de golpe y ahí sentí la primera explosión. Nos caímos los dos. Me paré y no entendía nada. Empecé a temblar, me quedé sorda, quedé como boba. Me agaché a mirarlo y ahí salió la segunda explosión. Me sorprendió, dijo.

Agregó: "Tiré el arma al piso y no sabía qué hacer. No sabía qué había pasado. Lo primero que se me pasó por la mente era que era el arma de mi papá y que le iban a echar la culpa a él. Por lo tanto, me fui a mi casa, dejé el arma donde estaba y me fui a acostar. No sabía si lo había matado".