La revolución sandinista que dignificó a Nicaragua

La Revolución Sandinista provocó cambios profundos y duraderos en Nicaragua. La dictadura somocista, que había gobernado el país como una hacienda privada durante 40 años, fue derrocada y abrió una nueva etapa en esa nación.

Encabezada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la Revolución Sandinista produjo cambios radicales en la nación.

El 19 de julio de 1979 el FSLN puso fin a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, el último de esa familia que ocupó el poder, y desde entonces emprendió una serie de cambios trascendentales en el país, como una campaña de alfabetización y una reforma agraria, entre otras acciones revolucionarias.

Todos a celebrar el 38 aniversario de la Revolución Popular Sandinista

Durante la dictadura en Nicaragua existían un alto nivel de analfabetismo, lo que a los gobernadores en esa etapa les permitía controlar a la población.

La primera etapa de la Revolución Sandinista no fue favorable para la nación centroamericana. La agresión militar y económica de en aquel entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan desgastó a la nación, frustrando los ingentes esfuerzos por llevar a fondo la justicia social.

Diecisiete años después, por la vía de las urnas, el FSLN retornó al gobierno para iniciar una segunda etapa que implementó cambios sustanciales en todos los órdenes, aplaudidos y reconocidos por diversos países y organismos internacionales.

Logros de la Revolución

Actualmente, Nicaragua es considerado uno de los países más estables de la región, al tiempo que está en condiciones de despuntar como una de las economías más importantes de Centroamérica.

Analistas de temas económicos afirman que ese país ha pasado de 580.000 viviendas electrificadas a más de un millón en la última década. Según el diario La Voz del Sandinismo la meta para este 2017 es electrificar al 94 por ciento del país.

El Gobierno de esa nación ha diseñado una estrategia de desarrollo basada en programas sociales tales como Hambre Cero, Plan Techo, Usura Cero, Merienda Escolar, Bono Productivo y Casas para el Pueblo, que en su conjunto se dirigen a la disminución y erradicación del drama de la pobreza.

Una encuesta asesorada y validada por el Banco Mundial, reveló que la pobreza decreció de 42.5 a 29.6 por ciento, en tanto la pobreza extrema se reducía de 14.6 a 8.3 por ciento. La investigación dio como resultado que 70 por ciento de los nicaragüenses clasifica en la categoría de no pobre, algo inimaginable en los duros 17 años de gobiernos neoliberales que precedieron al regreso de Daniel Ortega a la presidencia en el año 2007.

La gratuidad de la educación y de la salud es una realidad muy importante que favorece al pueblo. Es el resultado del trabajo por alcanzar uno de los objetivos más importantes de la Revolución Sandinista: erradicar la pobreza, promover el crecimiento económico de la nación.

El pueblo nicaragüense ha sabido reconocer en su líder y presidente Daniel Ortega y su compañera de fórmula presidencial, Rosario Murillo, el esfuerzo para alcanzar el bienestar común y la justicia social. Este binomio presidencial alcanza hoy un apoyo contundente que se traduce en una virtual derrota de la derecha política, cuyos partidos todos suman menos de un 10 por ciento de aprobación.