Honduras: Reo muere tras enfrentamiento en cárcel de máxima seguridad

Un preso murió durante una pelea en el interior de una cárcel de máxima seguridad en el municipio de Morocelí, oriente de Honduras, que alberga a más de 800 reos peligrosos, informó hoy el Instituto Nacional Penitenciario.

"Hoy (domingo) en horas de la mañana las autoridades del Centro Penitenciario de Morocelí informaron de la muerte de un privado de libertad", indicó el Instituto Nacional Penitenciario en un comunicado.

Señaló que el incidente se produjo en la penitenciaria de máxima seguridad de Morocelí, departamento oriental de El Paraíso, conocida como El Pozo II, y que el preso falleció "producto de un enfrentamiento entre miembros de la pandilla 18", por causas no precisadas.

Ante ello, las autoridades de la cárcel decidieron "aislar a ocho (reos) sospechosos" que compartían la misma celda con el fallecido, cuya identidad no fue revelada.

Las autoridades penitenciarias indicaron además que los entes de investigación han comenzado "las diligencias necesarias" para determinar la culpabilidad de los presos aislados.

En la cárcel de Morocelí, similar a otra construida en el occidental departamento de Santa Bárbara, conocida como "El Pozo I", en la que también guardan prisión reos de alta peligrosidad, los presos están aislados y no se les permite ningún tipo de visitas, excepto de sus defensas cuando el caso lo amerite, según las autoridades hondureñas.

"El Pozo II" alberga a unos 815 presos, en su mayoría de alta peligrosidad, que han sido enviados a esa cárcel por orden del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, como parte de las medidas con las que su gobierno pretende frenar la violencia y la extorsión en el país.

Según las autoridades hondureñas, el 80 % de los ataques y masacres perpetradas en el país centroamericano son ordenadas por pandilleros que operan desde las cárceles.

El sistema penitenciario de Honduras, compuesto por una treintena de cárceles, alberga a 17.712 presos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y menos de la mitad de los reclusos han sido sentenciados, según cifras oficiales.