Warriors, de campaña record a colapso histórico

Stephen Curry trató de driblar a Kevin Love para embocar uno de esos triples que, hace apenas unos días, parecía incapaz de fallar.

Pero en vez de empatar el encuentro en el último minuto, la pelota golpeó el aro sin entrar en éste. Así, se escaparon las posibilidades de bicampeonato de Golden State.

«Esto me seguirá persiguiendo por un tiempo, porque para mí significa mucho ser el líder de mi equipo y hacer lo necesario, en la cancha y en los grandes escenarios», reconoció Curry. «Lo he hecho antes, pero no lo hice esta noche».

Durante toda la noche, Curry y su compañero Klay Thompson estuvieron muy lejos de aportar la calidad que caracteriza a esa dupla, conocida como los «Splash Brothers». Y los Warriors, en vez de coronar la campaña más exitosa en la historia, terminaron sufriendo el peor colapso del que haya registro en una final de la NBA, al caer el domingo por 93-89 ante los Cavaliers de Cleveland, en el séptimo partido.

Los 73 triunfos en la temporada regular (un récord), la condición de campeones defensores, el premio al Jugador Más Valioso de la campaña que se otorgó a Curry por unanimidad y la memorable remontada en la final de la Conferencia del Oeste quedaron como una mera nota al calce.

Lo que más se recordará es que los Warriors fueron el primer equipo en perder una final de la NBA tras contar con una ventaja de 3-1.

«No es fácil lograr lo que conseguimos, y tampoco es fácil digerir lo que no conseguimos», sentenció Curry.

Después de dilapidar dos oportunidades de amarrar el título, Golden State esperaba que la tercera fuera la vencida. Los Warriors estuvieron en posición de ganar en los últimos minutos de un tenso duelo.

Pero no volvieron a anotar después de que Thompson empató el partido con un enceste en bandeja a 4:39 minutos del final. Golden State erró sus últimos nueve disparos.

Y LeBron James apareció de la nada para bloquear lo que parecía una bandeja fácil de Andre Iguodala, a menos de dos minutos de que sonara la chicharra. Curry falló sus últimos cuatro triples, en una noche para el olvido, en que atinó apenas cuatro de 14.

El público congregado dentro de la Oracle Arena trató de alentar a su equipo pero por momentos guardó un silencio que reflejó su tremendo nerviosismo.

Luego, el silencio fue sepulcral

Curry se sentó en el banquillo unos minutos, mientras los trabajadores montaban el escenario donde se entregaría el trofeo a Cleveland. Luego, el astro de Golden State se abrió paso entre varios jugadores de los Cavs para felicitar a James.