Molina debuta en pretemporada

Yadier Molina no titubeó en su debut en la pretemporada con los Cardenales de San Luis, y ejecutó una jugada similar a la que le lesionó un pulgar al final del año pasado.

El cátcher puertorriqueño de San Luis jugó el miércoles su primer partido de pretemporada ante los Marlins de Miami, y salvó una carrera al sacar un out en el plato en una jugada similar a la que le dañó los ligamentos del pulgar izquierdo el 20 de septiembre contra los Cachorros de Chicago.

«Estaba listo, no estaba pensando en nada», dijo Molina después de jugar tres innings. «Sólo traté de sacar el out, y todo salió bien».

Molina utilizó una tablilla protectora en el pulgar que le operaron dos veces en las vacaciones. Ubicado noveno en el orden al bate, el boricua jugó tres innings y salió de la alineación antes que le tocara batear.

«Hoy fue una buena prueba, y me siento bien», comentó. «Pero tenemos que esperar a mañana para ver cómo me despierto y sigo mejorando».

El ganador de ocho Guantes de Oro fue operado en octubre y mediados de diciembre. La lesión ocurrió el 20 de septiembre, cuando el jugador de los Cachorros Anthony Rizzo se deslizó en el plato.

«Yadi realizó esa jugada a la perfección, y tampoco fue una deslizada malintencionada», comentó el manager de los Cardenales, Mike Matheny. «Sencillamente estaba en una situación vulnerable».

Esta vez, Molina sacó de out a Justin Bour cuando el jugador de los Marlins intentaba anotar en la segunda entrada. El puertorriqueño tocó al corredor y evitó un contacto peligroso.

«Tremenda defensa, y fue divertido ver a alguien sacado de out en el plato», señaló el abridor de los Cardenales, Mike Leake.

Tanto Matheny como Molina dijeron que el miércoles era la fecha que los médicos recomendaron para que el receptor de 33 años jugara su primer partido.

«Si hubiese alguna duda, no lo hubiésemos utilizado», indicó el manager. «Sólo tiene que hacer lo suyo y no preocuparse».

«No me sorprendió» agregó, por su parte, Molina. «Trabajé duro para volver al terreno».

Molina bateó .270 con cuatro jonrones y 61 remolcadas la temporada pasada, pero, más allá de la aportación con su bate, es considerado como el corazón de los Cardenales por su aportación en defensa y el manejo de los lanzadores.